Testimonios y Fotos Viaje India febrero 2019

Para mí viajar a India fue descubrir un país inmenso que no se te acaba. Los colores, los calores, los sonidos, los aromas, los sabores, las luces y las sombras, es un disfrute para los sentidos. El porte tan digno de sus habitantes a pesar de que algunos viven en extrema pobreza, no lo pierden. Sus miradas, sus sonrisas, su querer entenderte aunque no hablen tu idioma, su hospitalidad, su sencillez, su corazón, su inteligencia…….. Descubrí gente maravillosa y me sorprendí con los jóvenes estudiantes, gente con un potencial enorme y una gran valía, respaldados por fuertes valores morales y espirituales que no han perdido y que creo sorprenderán muy positivamente a Occidente algún día.
La India siempre me atrajo pero la veía lejana, difícil y me daba demasiado respeto como para aventurarme en un viaje así, sin embargo con Andrés como guía, compañero, amigo, apoyo incondicional, experto en el viaje y el precioso grupo que se creó todo salió rodado. La experiencia ha sido maravillosa y sí, me mereció la alegría.
Y me encantaría volver (ahora ya no me da “miedo”), y muchas veces, porque insisto que la inmensidad del país alberga muchos y muy diferentes paisajes y paisanajes que necesitan más tiempo para ser descubiertos. O bien, volver pero sin billete de vuelta……. eso sí que sería un salto al vacío.
Un abrazo a todos

He sentido desde hace muchos años un profundo deseo de poder conocer a la India y rodearme de su gente, sus colores y su energía. Encontré el viaje con Andrés en un momento delicado de mi vida y tenia que ser bajo estas circunstancias. Me siento en buenas manos, confío plenamente en su guía y sabiduría obtenida por anteriores experiencias y viajes a la India. Espero formar parte de un grupo maravilloso que aún no conozco.
Confío en que todo saldrá como tiene que salir. No espero nada solo estoy dispuesta a entregarme por completo a la experiencia.
Namaste
Sofi

Este pasado febrero de 2019 tuve la suerte de participar en el viaje a India. Tenía ganas de hacer un viaje para desconectar, un viaje donde no conociese a nadie, una aventura totalmente nueve.
No solo desconecté sino que conecté, con lo más profundo de mi esencia, con unos compañeros increíbles, con el amor infinito que es lo natural entre las personas, con la naturaleza, con la bondad y con la realidad.
Ha habido un antes y un después a este viaje, es increíble como en solo dos semanas he aprendido tanto de mí, he conseguido una claridad y una calma geniales.
Cuando me preguntan ¿Te ha gustado India? en mi mente resuena… lo que me ha gustado es lo que me ha pasado, lo que he sentido y lo que he descubierto de mí y de la vida, mientras estaba en India.
Andrés es un guía perfecto, siempre pendiente, sosteniendo e incluso moviendo aguas cuando él lo veía oportuno, a la escucha, al servicio, con el cariño y el mimo de un padre. Desde hace unos meses tengo una nueva familia, todos los que hicimos el viaje.
Una ruta muy completa, comenzamos visitando los proyectos de la Fundación Vicente Ferrer, aterrizando en la realidad de los más necesitados y la maravilla de cómo la voluntad y el ímpetu de cambiar el mundo ha construido una gran obra, seguimos hacia el interior meditando en el Ashram de Ramana Maharsi y escuchando a maestros, y algunos sin ni siquiera hablar fueron los que me comunicaron más, tras este viaje visita a un gran proyecto Auroville, una comunidad donde conviven distintas culturas y el fin de la comunidad es el crecimiento personal, con un luegar mágico en el medio de la comunidad, que solo puede vivirse.. y tras este recorrido…
y para regresar suavemente a la civilización… unos días fantásticos de playa y descanso.
Colores, sabores, sentires, experiencias, es un viaje mucho más del conocer, o ver, o hacer fotos, es un viaje hacia dentro a través de lo fuera, un viaje de motivación viendo todo lo que consiguió Vicente Ferrer y Ana, solo dos personas…de agradecimiento, de todo lo que tenemos, de la suerte de nacer donde hemos nacido, de tener los recursos que tenemos, un viaje de soltar, en India dejé muchas cosas, que cargaban mi mochila y que ya no me eran útiles. solo se me ocurren tres palabras para resumir este viaje: Gracias, gracias, gracias