Si abres este libro, podrás ver el mundo con la mirada de Martina, una niña de 10 años que, a través de una honesta y cercana relación con su padre, nos muestra cómo retomar el rumbo perdido.
Además de darnos un paseo por sus vidas anteriores y por su Planeta Amor, nos invita a viajar desde la mente conceptual -donde creamos al personaje y sus máscaras, lo que vendría a ser nuestra propia sala de cine-, al Corazón, la realidad. Pero no como meta final. Nos invita a habitarlo, a vivir desde ahí, disfrutando de este bonito y apasionante viaje que es la vida.
Al elevar su padre una mágica noche de verano, su nivel de conciencia, lo siente preparado para contarle de sus viajes a Planeta Amor, lugar de donde procede.
El cuento, de alguna forma, augura el tan anunciado fin de los tiempos: del ego, del miedo y de la prisión mental. Invita a que pongamos a la mente al servicio del corazón a utilizarla como el instrumento que es y liberarla de una responsabilidad que no le corresponde.
La única libertad real es Ser. Por eso, Planeta Amor es el lugar, nuestro destino original. Bajemos el cielo a la tierra; llegó la hora en que el ciervo pacerá junto al león.
¡Un cuento tan revelador y esperanzador como el corazón de un niño!
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Luz –
Es un libro que nos lleva directamente a soñar y vivir en ese planeta Amor. El AMOR que todos somos y que nos olvidamos de hacerle brillar. Gracias por recordarnos con esta bonita historia nuestra verdadera misión aquí y ahora, “Brillar con luz propia y ayudar a otros a reconocer su propia luz.” Gracias.
Pedro Castroteba –
Un cuento escrito al corazón de nuestro niño interior para leerlo como adultos así como con nuestros hijos, sobrinos o nietos. Tiene un mensaje que nos recuerda que, como decía en El Principito Antoine de Saint-Exupery: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Una joya.
Marta –
Maravilloso, un pequeño tesoro para disfrutarlo tanto los niños como adultos. Te transporta a la pureza del corazón inocente, aquel corazón que todos tenemos y por aquellos falsos prejuicios no sacamos a pasear… Si todos vieramos la vida con esos ojos redondos y mofletes rojos de Martina…Buena actitud la de su papa…
Marta
Hawaii –
Gracias por recordar al mundo la esencia del Planeta olvidado.
Pude meterme en la historia, mi niña interior se sintió jugando con Martina y entendiendo su bonito planeta, fue una aventura preciosa.
Ese recuerdo lo llevo en mi corazón, tan real que cierro los ojos y me siento bailando con los corazones. He decidido que me quedo a vivir en el Planeta Amor y que voy a recordar esta frase cada vez que sienta dudas: “Hemos nacido para brillar, no para escondernos”- mi amiga Martina💗